Habia una vez...



Todo empieza con un “Vos sos joven, tenes la vida por delante” y no entienden que estoy muerto por dentro. Que el reflejo del espejo es mi castigo, que mi cuerpo es el tormento de de mi vida, que no saben lo que se siente ser yo, y nunca lo van a saber.

Se creen que sus palabras ayudan y solo aumentan el dolor.
Se piensan que eso mensajes de “Positivismo” son la base del bienestar, de MI bienestar.
Se creen que me entiende, y nadie lo hace, nadie puede.
Tengo la cabeza más grande y mas inteligente, pero la pereza y la desesperación crearon un laberinto del que no PUEDO y NO QUIERO salir, porque luchar contra el mundo es imposible y luchar contra uno mismo es el mismísimo Apocalipsis.

No puedo sonreír cuando no quiero, no puedo alegrarme cuando no es cierto, no puedo correr los obstáculos, porque una piedra corro y una montaña cae… Porque un charco salto y un río se forma y uno no puedo aguantar.

Estoy harto de que me digan que tengo mucho por vivir, de que me tengo que casar o tener una novia, otra razón para no tener necesidad de respirar, no quiero novias, no quiero esposas y no quiero hijos.

Nadie nunca va entender nunca esto, nunca van a entenderme ni aunque lo quieran y lo intenten, acompañarme no es suficiente, NADA es suficiente, ni un misero abrazo ni un misero “estoy contigo”, NADA DE NADA!

Porque estoy cansado escribo esto, porque no se que va a pasar después de esto. Porque no se si la vida es para mi, no se NADA! Solo se que quiero mi cabeza descanse en paz, sin escucharme a mi ni a los demás, sin atormentarme por el mañana, por la imagen, por el que dirán, por el espejo, NADA NADA NADA NADA.

Lo único que quiero es morir en paz, sin escuchar a nadie, con la libertar que anhelo y con un precipicio con un final, el cemento… 
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