En la espesa niebla camina el pequeño niño sin rumbo. Sin saber a donde
ir, sin saber que hacer, sin saber nada, solo esperando perderse entre las
nubes.
Tiene miedo y esta enojado, tiene ganas de llorar pero a pesar de hacerlo no
calma el dolor. Necesita un fuerte abrazo, necesita escaparse de esta pesadez
que se genera día a día.
Juega un papel que no le corresponde, esta en un lugar que no quiere estar,
quiere escapar del hogar donde lo vio nacer, quiere empezar de nuevo sin que
nadie le diga lo que hacer.
La espesa niebla no deja ver las buenas intenciones, no permite ver con
claridad, perspectivas que se tuercen, se confunden y se vuelven egoístas.
Pobre niño que llora en la desolación de un espacio vacío, lleno de neblina,
lleno de humedad, de tristeza en forma de lluvia, pobre niño que ya no tiene
ganas de vivir.
Un rayo de luz se abre paso entre la espesa neblina, un brillo de esperanza que
puede ser la puerta al mas allá o la puerta para volver a empezar.
0 comentarios:
Publicar un comentario