Respira sin ganas de hacerlo, juega y aparenta una escena que no es.
Sueña y fantasía con la traición, una traición que ocurre cuando no la sientes y esta delante de tus ojos.
Toma el control de tu vida y arrójalo a las vías de un tren fantasma repleto de sensaciones con rumbo desconocido.
Llora, llora y llora con ganas de morir por ello. Sufre, sufre y sufre que no conoces el verdadero dolor.
Toma la mano del que te la da y te quiere, aléjate del que te da su mano pero no se arriesga a salvarte de este mar de agonía.
Deja la tortura y todo lo que no puede llegar a ser, deja una carta con tu última voluntad oculta en tu bolsillo.
Reza por última vez después de mucho tiempo y pide una nueva vida, un nuevo comienzo o un triste final.
(Julio 2011)
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