Las olas saladas siguen su curso a la destrucción de un marco y una foto que se
queda grabada en alma.
Un recuerdo y una angustia que es inevitable al tiempo y a las circunstancias.
Una osamenta que llena de alegría y coraje se aleja en un barco con un destino
y una vuelta incierta.
Una tormenta en el interior de una delicada perla, un largavistas que pierde la
imagen del barco en una espesa niebla.
Las olas desasen a su paso las pequeñas casas que en la costa estaban, dejando
solo lo que fue y que ahora es solo un recuerdo mojado con agua salada.
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