El espejo que aparece en un repentino recuerdo para volver a asechar los pensamientos y derribar este muro de papel reciclado que se forja con el pasar de los años.
Entre los ojos del incauto se esconde la fealdad no deseada, la tristeza no dicha y el deseo de volar. En un frasco deforme lleno de miedo y temor, de rechazo e incertidumbre aparece el peor enemigo que con sus palabras quema lo más profundo del alma.
Abriendo y cerrando puertas encontrando diferentes espejos que hablan como si tuvieran vida provocan la destrucción de un balance y una serenidad que se forja día a día.
Atrapado en una caja de cristal que refleja lo malo de uno mismo, torturando las retinas del que mira y diciéndose a si mismo que esto no es vivir. Espejos y cristales que caen de los ojos de un alma en soledad, tristeza que se refleja en las mejillas y un sufrimiento que solo el “elegido” puede derribar.
Corazón de diamante y del más delicado cristal conforman el interior de un frasco deforme, de un humano que se siente objeto y un objeto que trata de revertir la maldición que los espejos comenzaron, lo espejos falsos que la mente crea.
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